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¿La Patria? ¿Qué es la Patria?

  • Victor Eduardo Ordoñez
  • 31 jul 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 8 jun 2020


La Patria. ¿Qué es la Patria? Es aquella porción espiritual que hace del hombre un ser con raíces en el pasado, un hijo de algo, un heredero —como dijo Maurras, el hombre es, ante todo, un heredero—.

La Patria no es un hecho voluntario ni su ser deriva de la convención, ni sus caracteres del consentimiento o del capricho de los hombres. Es un hecho de la naturaleza, de la historia y del espíritu. Es un hecho político, geográfico, emocional, cultural y económico. La Patria no se elige, se recibe, no se la crea, se la continúa, no se la inventa, se la admite. Como la familia, la sangre y el nombre.

Es un orden donde, lejos de retacearse, la libertad del hombre se ensalza y, por así decirlo, se enriquece, se dignifica y se significa. Por lo tanto, la Patria no es una reunión de individuos agregados, no es un conglomerado de voluntades aisladas, es más bien un cuerpo orgánico que "tiene la misión de resistir a las tormentas del Tiempo", para citar de nuevo a Maurras.

El amor por la patria es o supone el amor al pasado. Porque el elemento vivo de la patria es la Tradición, aquello que fue, que se hizo y que se transmite. Y en ese acto de entrega y de recepción, en ese traspaso, en lo que consiste la concepción dinámica de la Patria.

Pero, también, la Patria es una esencia fija, como dice Genta."Las patrias son eternas", como decía Barres y repetía Maurras.

Este amor al pasado envuelve un acto de piedad. Siempre el cristianismo está recorriendo con su sangre fecundizante los sentimientos del hombre occidental. Y es un deber "de piedad hacia el pasado" volvernos hacia España, la Madre, la que nos incorpora al Imperio de las Dos Romas y nos hace universales. Todo lo hemos recibido de Ella, desde la Verdad que nos redime y nos hace libres hasta las instituciones que nos ordenan y el idioma que nos vincula.

La dispersión de esta herencia produjo la dispersión del ser nacional, del ser de la Patria. Por eso la solución es no tanto política ni tan sólo moral sino espiritual, que quiere decir total y principista. Volver a una tierra de señores, "caballeros gauchos como aquellos manchegos".

La Patria no se sostiene por los votos, sino por una voluntad de ser, y no en los partidos politicos. La Patria nació con sus Fuerzas Armadas, las que, por lo tanto, se deben a la soberanía nacional y no a la soberanía popular.

"Ni Dios ni la Patria ni la Familia son bienes que se eligen. Pertenecemos a ellos y debemos servirlos con fidelidad hasta la muerte. Y desertar, olvidarlos, volverse en contra es traición, el mayor de los crímenes"...

"Es justo y bello morir por la Patria y por todo lo que es esencial y permanente en ella: unidad de ser, integridad moral y natural, la soberanía nacional, la Iglesia de Cristo".

Y haz de saber que un pueblo se realiza tan sólo Cuando traza la Cruz en su esfera durable. La Cruz tiene dos líneas: ¿cómo las traza un pueblo? Con la marcha fogosa de sus héroes abajo (tal es la horizontal) Y la levitación de sus santos arriba (tal es la vertical de una cruz bien lograda). Josef, si como pueblo no trazamos la Cruz, porque la Patria es joven y su edad no madura la debemos trazar como individuos, fieles a una celosa geometría.

¡La vertical del santo, la horizontal del héroe! Leopoldo Marechal

Extraido del libro Guerra contrarrevolucionaria de J.B. Genta

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