¿Tentado a abandonar la Iglesia en la tormenta?
- Dominus Est
- 28 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 sept 2020

He observado católicos que hablan de “dejar la Iglesia” como resultado de los escándalos. ¡Qué tragedia! Una segunda victoria para el demonio. En realidad, escándalos como estos son los primeros pasos para reformar y restaurar; Dios usa estas revelaciones para comenzar el proceso de remover la “inmundicia” (en palabras del papa Benedicto) de la Iglesia.
Siempre es pecado mortal dejar la Iglesia, pero es particularmente erróneo hacerlo cuando está en una grave necesidad de aquellos que combatirían la corrupción en sus filas.
La Iglesia ha pasado por tales crisis antes y probablemente ocurrirá de nuevo en algún momento en el futuro. Es una locura dejar la Iglesia que Cristo mismo fundó, para dejar a Judas que nos eche de la única Iglesia que existe. Nuestra real opción es ser parte de la solución o huir de la Iglesia y abandonar a su fundador en manos de sus verdugos y abusadores una vez más.
Si uno elige la visión de que la Iglesia es desechable o que la corrupción le justifica dejarla, entonces uno nunca debió ser católico en primer lugar. Si estás pensando irte, la pregunta que debes hacerte es esta: Si te quieres ir ahora, ¿Por qué no te fuiste antes, ya que escándalos como esos han ocurrido en la vida de la Iglesia? Si no estás preparado para sufrir como católico, ¿Por qué lo eras en primer lugar?
“Hoy, como nunca, es el mejor momento para ser católico, precisamente porque no es fácil serlo. Es algo difícil ahora. Irse, cuando quedarse sería el mayor de los méritos, es en efecto, una pérdida amarga”.
No nos engañemos. Ni nos dejemos engañar. ‘VALOR’, no es aquel de quien grita proclamándose “católico”. Valor, es el que se necesita para creer en Cristo y quedarse en la Barca a pesar de la tormenta, para adherirse sin condiciones a la única Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor. ROMA SÓLO HAY UNA. Juzgar, cualquiera lo hace; quedarse a trabajar por la Iglesia desde adentro, ¡sólo verdaderos Hombres y Mujeres de Fe!
“¿Queréis iros vosotros también?” (Jn. 6, 67).
¡Mantengamos nuestro valor, combatamos la oscuridad y confiemos en que Dios mantendrá sus promesas y salvará Su Santa Iglesia!
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