Protesto.

Dicen que es un beato que sabía manejar muy bien la tecnología…y yo tengo que pedir a algún joven que me ayude a que funcione el sonido de la notificación en Whatsapp…

Dicen que es un beato de apenas 15 años…y yo, más que triplico su edad…

Dicen que es un beato de jean…y si yo me atrevo a ponerme uno quedaría bastante ridículo…

Dicen que es un beato “influencer”… y yo estoy cada vez más al margen de las cosas…

La verdad es que no hace falta que use sotana, o rece en latín o cante gregoriano para que parezca lejano. Si me fijo en lo que muchos dicen de él como si fuese lo más importante, es un ideal de santidad bastante lejano, al menos para mí.

Por eso... ¡Protesto!

Era un muchacho que conoció, amó y deseó servir a Jesucristo. Y su testimonio cuestiona mi tibieza.

Era un muchacho que amaba con pasión a la Santísima Virgen María. Y su alma de caballero cristiano se vuelve contagiosa para nuestra hidalguía. Quiero hacer lo mismo.

Era un joven que todos los días acudía a Jesús Eucaristía para encontrar algo nuevo. Y me invita a entrar en cada Misa que celebro buscando la Novedad de un Misterio, que es de Cristo, quien hace nuevas todas las cosas.

Y de pronto, dejo de protestar. Es un beato jovencísimo. Y recuerdo a otro santo igual de joven, que se presentó a otros jóvenes diciendo: “soy un joven de ochenta y tres años”.

Guiado por esa enseñanza, concluyo: El Beato Carlo Acutis no es el beato de los jóvenes. Es el beato de la Iglesia, para que todos en ella podamos ser rejuvenecidos en la aventura de la santidad.

Beato Carlos, ruega por nosotros