La verdadera edad oscura

¡Está siendo! La verdadera edad oscura, está siendo... Caminamos en medio de millares de bombillas que ciegan de toda visión a quienes las contemplan. Las pantallas que disipan pobremente las sombras de la noche, ennegrecen los últimos rayos de luz.

Frente nuestro: la negrura más negra.

El siglo de las luces no fue más que ese chispazo que antecede al apagón. Somos la generación "a tientas" perdidos en medio de la nada. Somos los nietos de las brujas que lo quemaron todo. No vemos nada. Manoteamos lo que está al alcance de lo que consideramos que es nuestro cuerpo (porque no lo sabemos), pero termina siendo siempre algún artificio. Como no vislumbramos nada, nos llevamos a la boca lo que huele y sabe bien aunque nos conduzca a una muerte segura. ¿Pero qué es la muerte? ¿Qué es sino ésto?...

Transitamos la edad más oscura de la que tenemos recuerdo. Los pueblos primitivos usaron el fuego, y este irradió durante siglos dentro de las abadías medievales. La tenue luz de las antorchas, bastaba para iluminar los volúmenes de lo que sería el Sol de nuestra cultura occidental, pero el hombre moderno las apagó y luego vino la oscuridad.

-¡Velas! ¡Quedan velas!

Encedámoslas pues, hasta que vuelva a renacer el Sol que nace de lo alto.