La división tapada de oropeles
- Cardenal Robert Sarah
- 17 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 sept 2020

Oropel nombre masculino
1. Lámina fina de latón que imita al oro. 2. Cosa de poco valor pero que aparenta valer mucho.
“El diablo nos insta a la división y al cisma. Quiere hacernos creer que la Iglesia ha cometido traición. Pero la Iglesia no traiciona. La Iglesia, llena de pecadores, está libre de pecado! Siempre habrá en ella luz suficiente para quienes buscan a Dios. No os dejéis tentar por el odio, por la división, por la manipulación. No se trata de tomar partido, de enfrentarnos unos a otros.
“No perezcamos en una mala disensión por causa de los malos”, decía ya san Agustín. La Iglesia sufre, ha sido deshonrada y sus enemigos están dentro de ella. No la abandonemos. Todos los pastores son hombres pecadores, pero son portadores del misterio de Cristo.
¿Qué hacer entonces? Ciertamente no se trata de organizarse y de aplicar sesudas estrategias. ¿Alguien cree, por ventura, que seremos capaces de mejorar las cosas nosotros solos? Eso sería como retomar la letal pretensión de Judas.
Ante el aluvión de pecados y errores dentro de las filas de la Iglesia nos sentimos tentados de tomar las riendas. Nos sentimos tentados de purificar la Iglesia con nuestras propias fuerzas. Y sería un brutal error. ¿Qué podríamos hacer? ¿Un partido? ¿Un movimiento? Esa es, os lo aseguro, la tentación más grave: una división tapada de oropeles. Con la excusa de hacer el bien, nos dividimos, nos criticamos, nos destrozamos. Y el demonio se ríe. Ha conseguido tentar a los buenos bajo la apariencia de bien.
No. La Iglesia decididamente no se reforma con la división y el odio. La Iglesia se reforma comenzando por cambiar nosotros mismos. La clave está en que cada uno, desde su lugar, denuncie el pecado: ¡pero empezando siempre por el propio!”
Cardenal Robert Sarah, Se hace tarde y anochece.
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