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Beatificación objetable

  • Juan Luis Gallardo
  • 13 sept 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 8 jun 2020


(La Cumbrera) El gran escritor argentino Juan Luis Gallardo analiza y cuestiona la reciente beatificación de Monseñor Enrique Angelelli desde un punto de vista respetuoso y con la altura que se puede esperar de tan notable figura.

Como es sabido, meses atras, letrados y ex jueces católicos de diversos lugares del país presentaron una carta y un dossier ante el Vaticano para frenar la beatificación. La carta, firmada por los ex jueces Carlos Bosch, Felix Dufourq, Eduardo Bieule, el profesor Luis María Bandieri, Juan Luis Gallardo, Alberto Solanet, Gerardo Palacios Hardy, Luis Roldán, Ramón Cabriza y Diego Palacios Hardy, señalan la conducta de Angelelli como “incompatible con la fe católica, las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia” y cuestionan la inverosímil versión de que fue asesinado por “odium fidei”, un extremo que no encontró nunca sustento en las investigaciones judiciales.

Reproducimos a continuacion la exposicion realizada por Gallardo previo a la beatificación antes comentada.

Es inminente la beatificación de Monseñor Enrique Angelelli, ex obispo de La Rioja a quien se le atribuye haber muerto mártir, es decir en defensa de la fe católica. Como varios de los presupuestos en que se apoya la beatificación son inexactos, se justifica ocuparse del tema para poner las cosas en su sitio.

En primer lugar cabe señalar que Angelelli adhería a grupos guerrilleros que actuaban en el época, existiendo una fotografía que lo muestra celebrando misa ante el emblema de Montoneros, que incluía una lanza y un fusil ametrallador cruzados, bajo el lema Venceremos.

Pero ocurre que, para ser declarado beato por la Iglesia Católica, es preciso que se pruebe un milagro operado por intercesión del candidato. Salvo que éste haya muerto mártir, o sea en defensa de la fe.

A lo largo del proceso de beatificación de Angelelli no se acreditó ningún milagro, de modo que, para que llegara a buen término, resultó preciso que hubiera muerto mártir.

Y Angelelli no murió mártir, sino en un accidente automovilistico del que sobrevivió el padre Pinto que lo acompañaba. Pinto empezó diciendo que no recordaba cómo habían ocurrido las cosas. Mucho más tarde recuperó la memoria inexplicablemente e imputó el hecho a las Fuerzas Armadas.

Angelelli manejaba muy rápido y su vehículo calzaba neumáticos en malas condiciones. Hasta el punto que su gomero le advirtió que debía cambiarlos pues, de lo contrario, corría el riesgo de matarse. Cosa que sucedió finalmente. Las causas seguidas con tal motivo coincidieron en considerarlo un accidente. Del cual fue testigo un operario que estaba subido a un poste telefónico haciendo una reparación. Y que el sucesor de Angelelli en el obispado de La Rioja consideró debido a causas fortuitas.

Más tarde, concluido el gobierno militar, el fraile Puigjané (partícipe del copamiento del cuartel de La Tablada) solicitó la reapertura de las causas y logró que un tribunal cordobés condenara al general Menéndez y al comodoro Estrella como autores indirectos de la muerte de Angelelli. Ahora se anuncia su beatificación. Atribuyéndole el carácter de mártir para eludir la necesidad de un milagro realizado por su intercesión.

Con otros cinco abogados hemos realizado una presentación ante los dicasterios competentes, en Roma. El anuncio de la beatificación de Angelelli indicaría que nuestra presentación no ha sido tomada en cuenta. Pese a la gravedad que revestiría una beatificación indebida, pues pondría bajo sospecha todas las demás declaradas por la Iglesia Católica.

Permitida su reproduccion citando autor y La Cumbrera

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